Realizamos conversatorio online “¿Se puede en Chile trabajar y estudiar a la vez con urgencia económica?”

Conversatorio Fundación Proyecto B

En conjunto con Fundación MC y la invitada Mariana Bargsted, abordamos los desafíos que enfrentan los jóvenes al buscar puestos de trabajo part-time que les permitan compatibilizar estudios y/o labores de cuidado.

A raíz de la experiencia en el proceso de acompañamiento a jóvenes en situación de vulnerabilidad, hemos identificado la dificultad que estos enfrentan al momento de buscar puestos de trabajo compatibles con estudios y/o maternidad. Con el objetivo de comprender esta problemática, sus causas y posibles maneras de enfrentarla, el pasado jueves 1 de junio realizamos el conversatorio “¿Se puede en Chile trabajar y estudiar a la vez con urgencia económica?”

En esta ocasión, nuestra invitada fue Mariana Bargsted, doctora en Comportamiento Social y Organizacional que actualmente se desempeña como directora alterna del Núcleo Milenio sobre la Evolución del Trabajo e investigadora adjunta del Programa de Estudios Psicosociales del Trabajo (PEPET) de la Facultad de Psicología de la UDP. 

El conversatorio, que se transmitió a través de Instagram, contó con la moderación de Rocío Espinoza, directora ejecutiva de Fundación MC y Andrea Beytía, directora de Alianzas y Empleabilidad de Fundación Proyecto B. A partir de la experiencia de ambas fundaciones, la conversación giró en torno a las tendencias actuales del mercado laboral en cuanto a flexibilidad, las causas tras la dificultad que tienen los jóvenes que son parte del Programa de Inserción Laboral y posibles alternativas para hacer frente a esta problemática. 

Desafíos y posibles soluciones

Una de las principales causas que identificó Mariana Bargsted en cuanto a la dificultad para compatibilizar trabajo y estudios es que “en el mundo académico, las instituciones de educación superior de todos los niveles no generan horarios ni formas de gestionar la educación que sean compatibles con un puesto de trabajo”. Por otra parte, el conjunto de prejuicios también dificulta que los jóvenes, en general, ingresen al mercado laboral. 

Además, agregó que “por otro lado, tenemos unos enfoques contractuales y de diseño de la jornada sumamente tradicionales y del siglo XX, que no permiten efectivamente la compatibilidad de otras áreas de la vida con el trabajo, como la maternidad, la vida social o el cuidado de otros. Nuestra manera de entender el mundo del trabajo y el mundo de la educación no conversan como debieran conversar para que nuestros estudiantes puedan tener vida y trabajar en trabajos que también les sirvan para su formación profesional”.

En ese sentido, podemos involucrarnos y contribuir de la siguiente forma: “Lo que tenemos que hacer es armar puentes con el mundo de las organizaciones respecto de la ganancia que tiene la contratación de gente joven. Hay una dificultad para la inserción laboral inicial y los jóvenes tienen un conjunto de ventajas que a la organización le hacen bien, pero que no tienen conocimiento de ellas: cantidad de energía, ganas de aprender y aprendizajes novedosos”. 

“El punto está en entender que hay talento en todas partes y lo que tenemos que hacer es entender qué significa tener espacios de inclusión y talento, y que ese talento cuando encuentra un lugar donde desplegarse florece y aporta, genera valor y enriquece a la sociedad completa”, concluyó la experta. 

Si te lo perdiste, te invitamos a ver el conversatorio completo disponible en nuestro canal de YouTube:

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